Un jueves un relato: mi mejor amigo
MI MEJOR AMIGO
Tururú tururú tururú. Sonó mi móvil
No hay cosa que me fastidie más que me llamen al móvil cuando estoy en la ducha, y este era el caso. Encima todo enjabonado con el famoso champú “la Raspa” el que quita la caspa, pero a lo mejor también quitaba el pelo, porque cada día lucía más calva.
Pese a eso, contesté a la llamada. El jabón se me metía en los ojos, encima casi me resbalo, pero había que atender la llamada. “Si alguien te llama, es que te necesita”. Esa era mi norma. Ya me podía meter mis normas por el...
Así que allí, en pelotas, comenzó la conversación con kike mi mejor amigo. Qué bueno es tener amigos. Grande kike, si bien ya podía llamar a otras horas.
Fue al grano. Resulta que él no podía ir a la fiesta de cumpleaños de Laura porque estaba con fiebre alta en la cama, pero me repitió una y otra vez, que a esa fiesta iría Lupita, una encantadora chica mexicana a la que concoció un buen día y que le cayó fenomenal, enamorándose incluso. Que me acercase a ella, que por favor le hablase bien de él, sobre todo de sus aficciones, de ese equipo de fútbol que tenía y de sus gustos, y que por supuesto le pidiese el número de teléfono.
Muy fácil lo que me pedía. Qué no se va a hacer por un amigo. Llegó el día de la fiesta…
Un cañón, Lupita era todo un cañón. Tenía más moscardones agasajándola y rodeándola que ninguna otra, pero yo tenía mis tretas: cogí 2 cervezas, y abriéndome paso a duras penas entre sus admiradores, le ofrecí una, la aceptó gustosa con una sonrisa y comenzamos a hablar. Cómo se reía, daba gusto verla. Buen gusto el de mi amigo.
Todo hay que decir, que las bondades de mi amigo kike, me las dejé aparcadas en casa, porque no le comenté nada de él, ni de ese equipo de fútbol que por cierto jugaba fatal. Lupita me tenía omnubilado. Y los encantos de kike, no salieron a relucir en ningún momento porque para encantos los de Lupita. Es más, no paré de hablar de mí en todo el rato y ella…me escuchaba y reía.
Naturalmente me dio su teléfono, pero que no fue a parar a manos de kike, porque fue interceptado por lo que quedaba de su mejor amigo.
No sé si se puede llamar a esto “amistades peligrosas” pero el día que Lupita y yo nos casamos, rodeados de buenos amigos, todavía nos hacía gracia esta historia. Bueno, a Kike no debió hacerle mucha gracia y no sé por qué dejó de llamarme, incluso cuando yo estaba en la ducha. Por cierto… no asistió a la boda. Dijo que tenía un partido con su equipo de fútbol.
Ese día, Lupita y yo, brindamos por la amistad y…por supuesto por el amor, que incluso hay veces que es más importante. A pesar de estar calvo.
FIN
Este relato participa en la convocatoria semanal "un jueves, un relato" esta vez organizado por CAMPIRELA desde su blog. Esta vez sobre LA AMISTAD. Muchas gracias Campi por la convocatoria.
Con amigos así...pero la historia me ha encantado, con ese toque divertido. Muy buena, besos.
Hola Santi, Tus amigos podian juntarse con las mías, son un poco tal para cual. Me ha gustado muchísimo la historia, cargada de humor, como siempre. ¡Enhorabuena! no es nada fácil hacer reír.
Un abrazo.
Que le quiten lo bailao. Además, siempre podrá recuperar a Kike después del divorcio😜
Abrazooo
Gabiliante
La fiebre le jugó una mala pasada al amigo del protagonista. A quién se le ocurre ponerle a Lupita tan en bandeja. Aunque si el destino era ese, daba igual. Entretenido relato, Santi.
Ardilla Roja
Por eso mismo, nunca les hable de las virtudes de los pretendientes, no sea cosa, que se interesaban, así que siempre eran un cero a la izquierda. jajjaja
Buen aporte, y sobre todo el humor, hay que festejar la amistad.
Un abrazo