¡Mas residencias de ancianos ya!

Una buena foto de hace un año por tierras caribeñas. Como pasa el tiempo...
Este finde tocó viaje relámpago a Palma. Nos encantan las islas Baleares.
Buena comida en Can Pedro ,Génova (ojo...el cochinillo rico rico, pero los caracoles los he tomado mejores) y otro día en el Real Club Náutico de Palma donde comimos un menú del día exquisito (coliflor gratinada y pollo a la cerveza) , a muy buen precio y con unas vistas estupendas a los barquitos. Y siempre con los amigos, disfrutando en todo momento. No les vimos a todos, pero ya lo haremos en otra ocasión. Si nunca estuviste en Mallorca, te recomiendo que la visites. Una delicia,con sol o sin él, y muy buena gente.
Ahora, después de los últimos viajes, toca descansar. Hacer algún relato como éste
RELATO PARA LA REVISTA GASTROÑAM que os pongo al final del blog; y
seguir jugando a las quinielas con mi peña tan productiva (Rentabilidad del 130% desde agosto. Si quieres participar en abril, hazme por favor bizum de 10, 20 o incluso de 1000 euros); también toca continuar con mi taller de literatura en la Cruz Roja dando clases a 10 maravillosos jubilados y reirme con Ana y los gatitos viendo la vida pasar. En fin, bendita monotonía. Si algún día me preguntan qué quiero ser en mi vejez, diré "monótono".
Y mientras tanto, se discute una y otra vez si hay que incrementar el gasto de defensa en España. Sí, claro, hay que hacerlo. EEUU ha pasado de ser un aliado a una incógnita. Si ha dejado de lado a Ucrania, en unos momentos cruciales, puede hacer lo mismo con Europa y por aquí hay un malvado suelto a quien le mola anexionarse territorios. Se llama Putin y es ruso. En fin, sus señorías verán, porque yo, de Donald no me fio, y de su agresividad comercial prefiero no decir nada. La economía mundial al carajo. Este plan "Donald" nada tiene que ver con el magnífico plan "Marshall".
Por lo demás, no para de llover. Nunca llueve a gusto de todos, pero el lado bueno es que los pantanos se están llenando. Y, hablando de pantanos, si a uno que todos sabemos le dio por construirlos, luego vino otro e hizo autovías y más tarde a otro le dio por los AVEs. Lo cual se agradece. Pero ahora es imprescindible que algún otro gobernante fomente la construcción de residencias de ancianos. Hay que hacerlo ya . Son muy caras y escasas y...¡¡¡seremos millones de usuarios!!! Venga, un esfuerzo.
Pues eso es todo por esta semana. Besos y abrazotes y hasta la próxima.
Si quieres leer mis novelas NOVELAS SANTI si quieres escuchar mi música MUSICA SANTI si lo que quieres es probar mis recetas RECETAS SANTI y y si lo que quieres es ganar pasta con mis quinielas hazme bizum.
RELATO
SIN CONTEMPLACIONES
Voy a contar algo que jamás he contado...
Con una cenita empezamos a salir Elenita y yo. Con otra cenita fenecería nuestro amor. Sin contemplaciones. Estaba muy harto de la que otrora fuese reina de la casa y ahora era el azote de la misma.
No quise hacerlo por Whatsapp o por sms, me daba nosequé. Habían sido 2 años 9 meses y 3 días. Suena a condena, pero sí, lo es. Ahora quise dar la cara, aún a riesgo de reprimendas, llantos, y caretos.
Semblantes tristones a la hora de la cena. No, no había velas de olores desplegadas por el restaurante.Puede que algo sospechara. Sería rápido, y cuando de postre sirvieran los tiramisús se lo diría. A ver cómo camuflaba yo ese típico “no te aguanto más”. ¡Qué difícil resulta romper a veces!.
Con las gambas al ajillo se mostró correcta, y con los caracoles educada, pero curiosamente, fue probar el brócoli y automáticamente comenzó con los reproches. Seguramente la salsa tuviese la culpa. Sí, también ella tenía algo que decir, y de qué manera lo hacía.
Me echó en cara de todo y por todo. Hasta mencionó la pasta de dientes que salpicaba con gotitas de dentífrico el espejo del baño. Gotitas. Sí, también habló mal de mi madre. Según decía, le ponía de los nervios. Pude replicar, pero…le eché más vino. Sin contemplaciones.
A continuación puso a parir a varios amigos míos. Los detestaba a casi todos, al resto los odiaba. Fui a protestar, en defensa de los mismos, pero en lugar de ello, le eché de nuevo más vino, sin miedo. Ya digo, sin contemplaciones. Podéis llamarme cobarde si queréis.
Pidió el tiramisú, pero ahora insistió ella que lo acompañasen de un whisky doble. Elenita era así. Era mi turno.
Entonces me sorprendió. No, no pude decirle nada de nada, porque comenzó a cogerme con cariño de la mano. ¿Sería el alcohol, los caracoles o tal vez el cariño?
Qué cosas. Encontramos el amor esa noche, la noche del tiramisú. Hicimos el amor con ganas, sin contemplaciones. Todo esto sucedió hace 25 años y hoy es el día que aún celebramos aquella cena.
Y qué bien nos llevamos. Bueno, de vez en cuando le pongo un vino para recargar sentimientos, y todo hay que decirlo... mi madre y ella se siguen odiando pero semanalmente acudimos a la paella dominical en casa de mis padres, y como podréis imaginar, lo hacemos... sin contemplaciones.
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