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LA METAMORFOSIS DE KUKY MONTESINOS (concurso el tintero de oro de junio)

LA METAMORFOSIS DE KUKY MONTESINOS.


Se miró de nuevo al espejo, y volvió de nuevo a comprobar que si movía un brazo, entonces su reflejo se movía igualmente; si guiñaba un ojo su imagen se lo guiñaba también. No había duda: era todo real, pero era inmensamente distinta la persona que veía reflejada, pues para nada se parecía a ella. ¿Le pasó algo parecido a Dorian Gray?. Era todo esperpéntico.


Era muy distinta y ahora tremendamente más fea que antes de acostarse. De sus detalles de belleza, que ella sin duda poseía, no quedaba nada, absolutamente nada. Fue entonces cuando confundida exclamó viendo aquella imagen que no conocía para nada del espejo:


— “Esto que coño es”


En el aparador delante del espejo, descubrió una nota, pequeña, como si alguien la hubiera dejado allí por casualidad. Pero aquella mañana, casualidades más bien pocas. La nota ponía una frase escueta:


— Haz sonar la campanilla. No te preocupes.


¿Campanilla?, pero…¿De qué campanilla le hablaban si ella no tenía?.  Tuvo que entrar en el cuarto de baño, para poder descubrirla. Una campanilla de oro o material similar. Le dieron ganas de tirarla a la papelera, pero…la hizo sonar al estar de nuevo en su cuarto. ¿Qué sería este juego?


Apareció entonces un mayordomo elegantemente vestido que en un correcto francés se dirigió a ella y le ofreció:


— Bonjour madame. El desayuno está puesto y como siempre con abundante fruta. Las fresas parecen exquisitas.


Ella iba a decir algo, pero el mayordomo se marchó por donde había venido sin darle opción. Ella exclamó por segunda vez


— Pero esto…¿Qué coño es?


Se quitó el pijama y se vistió más correctamente si cabe, con aquella ropa que no era la suya pero que le venía la mar de bien, y abrió lentamente la puerta del salón. No, ella nunca jamás tuvo mayordomo, es más, en su casa sólo habitaba su querido gato. Podía haber sucedido que su mascota se convirtiera en mayordomo. Qué locura… ¿Podía ser todo esto obra de su ex? Pero su ex era idiota, pero no mago.


Allí estaba el desayuno perfectamente puesto, en vajilla de plata y su cola-cao preparado como a ella le gustaba. Podía haber hecho miles de cosas, pero no se le ocurrió nada mejor que sentarse y comenzar a comer. Tenía hambre.


El croissant calentito, el zumo de naranja en todo su esplendor, una palmerita de chocolate... Ella entonces exclamó:


— Estaré horrible y no sé qué demonios pasa, pero el croissant está que te cagas.


Después de tan tremenda frase, se quedó así como mejor, aliviada. Y se percató de que la prensa estaba a su alcance, 2 periódicos nada más y nada menos. Del día de hoy, por supuesto.


Se puso a leer los titulares, y entonces fue cuando se dio perfecta cuenta.


“Hoy 9 de junio se celebrarán las elecciones europeas. Europa se la juega en las urnas”


Se acordó entonces de que era miembro de una mesa electoral. Y toda esta historia fue lo que ella le contó, sin pelos en la lengua, más tarde, a las 8 de la mañana, a los miembros de la junta electoral, para ver si todo aquello del espejo, mayordomo y desayuno era eximente, pero se lo repitieron una y otra vez: si su gato es el mayordomo, nos parece muy bien esa milonga, pero sigue siendo el presidente de la mesa y no hay Dios o gato que le libre de ello.


Ella atribulada se sentó en su mesa electoral y comenzaron ese día las votaciones. Cuando volviera a casa buscaría la campanilla de los misteriosos desayunos con ricos croissants. Qué cruz Maryluz ser miembro de una mesa electoral. Deberían pagar más.


Suerte Europa!!! (y por favor... no votar a quien no se debe votar) de parte de Kuky y mía.



ESTE RELATO PARTICIPA EN EL CONCURSO DE "EL TINTERO DE ORO" de junio

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© 2017 por Santi de Paúl

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