¿Es bueno esperar?
- Santi Iglesias de Paul
- hace 6 días
- 2 Min. de lectura
De chaval quería ser mayor. Qué gran incongruencia, pero así era su querencia.
Detestaba el pantalón corto y siempre quería vestir el largo, como sus hermanos mayores, hasta que llegó un buen día que se lo probó. Y no sucedió nada nuevo. Su vida seguía siendo exactamente igual. Fue entonces cuando aprendió a tocar la guitarra.
No lo hacía mal e incluso comenzó a frecuentar la academia de música con la esperanza de llegar a ser toda una estrella. Craxo error, eran encomiables sus esperanzas y expectativas, pero siempre se quedó en mero acompañante de los figuras. Fue ahí, tocando la guitarra, cuando conoció a Maruja. No era una preciosidad, pero para él sí que lo era.
Pasó con ella, y temo no equivocarme es esta afirmación, la mejor noche de su vida. Lástima que el padre de Maruja era diplomático y al extranjero que se llevó a la niña a la semana siguiente. Ella dijo al despedirse que le esperaría siempre. Como así también hizo él. La distancia, a veces, no separa, sino une, le comentó a ella.
Y pasaron los días, los meses, y los años. Lo que en un principio fue una llamada apasionada entre ambos diaria , se convirtió en semanal, para finalizar siendo mensual y gracias. Pero él la esperó. Dijo que lo haría y lo cumpliría.
Ahora, en la residencia de ancianos para solteros, todavía toca la guitarra mientras sigue mirando los whatapp, por si la hija del embajador todavía se acuerda de su cara, pero nada recibe. Seguramente estará “fuera de cobertura”, piensa él mientras comienza a dudar si no se equivocó en su vida con tantas esperas.
MORALEJA: No esperes nada de la vida y CARPE DIEM
Este relato se incluya para la propuesta de Pepe en EL TINTERO DE ORO. Gracias Pepe por la convocatoria.
Seguro que el embajador tenía pasta gansa. Y seguro wue la hija del embajador esta en esa misma residencia, disfrazada, esperando a ver si lo ve flirtear con otra abuela.
AbrZooo
Seguro que el embajador tenía pasta gansa. Y seguro wue la hija del embajador esta en esa misma residencia, disfrazada, esperando a ver si lo ve flirtear con otra abuela.
AbrZooo
Hola, Santi tu relato plantea una reflexión profunda sobre el concepto de la espera y sus consecuencias en la vida .Me ha encantado la frase final "No esperes nada de la vida y CARPE DIEM".Abrazos
¡Vaya retrato el que te has marcado, Santi!
Un relato que empieza con nostalgia, se viste de comedia romántica y acaba con un pellizco existencial… todo en menos de 250 palabras. Eso no es microficción, eso es puntería narrativa.
Ese chico que cambió los pantalones cortos por las esperas largas me ha ganado. Porque todos, en algún momento, hemos confundido crecer con alcanzar algo que ni sabíamos definir. Pero lo que más me ha gustado es que, sin adornos ni moralinas forzadas, el relato deja en el aire una pregunta tremenda: ¿cuánta vida se nos escapa mientras esperamos que llegue la vida?
Y esa frase final: "seguramente estará fuera de cobertura"... ¡chapó! Entre la risa y la melancolía, como esos…
La verdad es que sí, que lo único importante es el aquí y ahora, pero no podemos evitar pensar en el futuro y hacer planes...Bien contado. Saludos!