Eran otros tiempos
- Santi Iglesias de Paul
- 15 ene
- 1 Min. de lectura

— ¿Te encuentras bien?
— Sí, creo que sí. Tan solo ha sido un pequeño vahído sin importancia. Posiblemente el centollo me haya sentado algo pesado. Termino este chuletón mientras apuramos la botella de vino y seguro que resucito.
— Ni lo dudes. Abramos otra botella, y esto te lo dice un médico. Con 92 años toca cuidarse. Y no estaría mal que al llegar a casa te acuestes un rato y si es con Piluca mejor.
— Sí, lo haré. Da gusto escucharte, Luis. Ahora entiendo tu éxito como galeno. Por cierto…lo de la dieta blanda no va tampoco contigo.
— Otra barbaridad. Nunca descartes la chistorra y el torrezno de tu dieta. Eso y una despensa llena de dulces harán posible una mejor existencia.
— ¿Mejor existencia? No sé yo, pero esta nueva ley que han sacado de que sigamos trabajando hasta cumplir los 101 años, me quita el sueño. Divinos años aquellos del siglo pasado en que se jubilaban en España a los 65 años e incluso antes.
— Otros tiempos, pero que a mis 97 años tan solo me resten 4 por trabajar me encanta. A ver qué hago en mi jubilación.
— Piénsalo bien que la esperanza de vida se sitúa ya en los 120 años. Ya sólo falta que mis hijos, nietos y tataranietos se vayan por fin de casa y lo bordamos.
— Me pasa igual, pero esta noche saldrán todos. Noche de placer con Teresita a solas los dos. Qué placer.
¿Un sueño?...No, el siglo XXII será así.
Jajaja, hola, Santi, el futuro que predices creo que es muy posible, aunque con la dieta de los protagonistas, no sé......
Divertido relato, enhorabuena. Un abrazo.
Hola Santi menudo siglo XXII. Un saludo.
Menudo siglo XXII nos espera a todos. Creo que montaré un geriatrico. Seguro que trabajando en él unos 112 años me forro. Relato con buen humor
Abrazo
Ja, ja, menudo siglo XXII nos auguras. Y cómo me gustaría verlo, pero en el primer cuarto del siglo XXI me temo que nos vamos a ir antes. Eso sí, bien jubilados si llegamos. Me ha encantado el relato con ese punto de humor.
Un abrazo
Ja, ja, menudo siglo XXII nos auguras. Y cómo me gustaría verlo, pero en el primer cuarto del siglo XXI me temo que nos vamos a ir antes. Eso sí, bien jubilados si llegamos. Me ha encantado el relato con ese punto de humor.
Un abrazo.