Con nuestro hermano Pedro en Italia
- Santi Iglesias de Paul
- 20 may
- 4 Min. de lectura

Una cruz muy sencilla, asimétrica, que estaba en la cartuja y me gustó. Hecha con...maderas de una patera
Este mayo 2025, La familia al completo (los 6 hermanos que somos y nuestras parejas) hemos ido a Italia a visitar a nuestro hermano Pedro que está de monje cartujo en la Sierra de San Bruno, allá por la Calabria italiana. Sí, lejísimos. Fuimos dirigidos por Ana, mi mujer, que hizo labores de producción, informática, chófer, en fín, una joyita de esposa. Hablando de Pedro, mira que canción más chula ha compuesto:
Si tuviera que escoger entre los tres seres humanos más felices que he conocido a lo largo de mi vida, sin duda alguna Pedro estaría entre ellos. No, no me cambio, en absoluto, pues para hacer lo que él hace, se necesita algo más que saber meditar y orar. Se necesita estar enamorado de Dios y encerrarse con Él 24 horas, semanas, meses y años. Prefiero hacer lo que hago, sinceramente. Contaré un poquito su historia. De esa historia que transcurre en 45 años de sacerdocio, en donde ha hecho bellas poesías, algunas con música, como esta otra...
Pedro de pequeño era sociable, animado, amigo de la fiesta. Un gran amigo, un gran hijo y hermano. Terminó magisterio, hizo la mili en el CHA (Colegio de Huérfanos de la Armada) de inspector, y entonces, con 23 años, recibió, sufrió o padeció un fogonazo difícil de explicar. Una "llamada espiritual" que se dice, que le dejó traspuesto. Hizo caso y acudió a la llamada, y así se hizo cartujo en Miraflores (Burgos) para estar con su ser amado, ese Dios que pocos alcanzan. Ya allí, derrochaba felicidad pero a base de sufrir ayunos, abstinencias, fríos y sobre todo...soledad, que tal vez, sea lo que más duele. Ya digo, que me cuesta comprenderlo y sólo lo entiendo por esa cosa bien sencilla: se enamoró de Dios. Todo aquel que haya estado enamorado alguna vez podrá comprenderlo.
Con esta vida se pasó más de 30 años. Allí, en Burgos. Y mal no debió de hacerlo porque le nombraron los otros monjes Prior de Miraflores. Daba gusto ver la cartuja con él al mando. Su relación con los demás monjes, con los trabajadores, con los familiares. Pero algo dijo, o no dijo, algo hizo, o no hizo, que no gustó a la jerarquía. Y lo machacaron. Tras 3 o 4 años de priorato magnífico...lo desterraron. No querían Pedros de prior. No sabían lo que se perdía con su cese. Él pudo rebelarse, pero lo aceptó sin pega alguna y siguió rezando, cumpliendo, ayudando. Su destierro era en Calabria, allá en Italia donde lleva más de 3 años.
Ahora es procurador, el que gestiona obras y relaciones cartujanas, además de despensero (Sí, ha engordado algo). Toca la guitarra, sigue haciendo preciosas poesías y los hermanos y familia, que lo vemos desde fuera, nos preguntamos, qué demonios hace allí en Italia y no se lo traen a España, donde hay 3 cartujas. Los designios de Dios son inexcrutables pero los de los cartujos lo son todavía más. Mira que peazo poesía.
Cada vez que discriminas a alguien
encoges el universo
O esta otra
Se acercaron a la orilla del mar...y no volvieron más azules
Escalaron montañas más altas...y no volvieron con alas
Se adentraron en su soledad...y no volvieron, no volvieron
¿Está feliz? Sí, lo está y trasmite esa felicidad. Eso es lo importante. Pero si está en Italia, nosotros, los hermanos, lo visitamos cada 2 o 3 años y si estuviera en España, en alguna de las cartujas, haríamos 2 visitas al año los 122 miembros de esta familia que somos ya. Y los hermanos...ya somos talluditos. Dentro de poco comenzaremos a cumplir los 80 años algunos. El que esté en Italia, no tiene ningún sentido para llevar la vida monástica. Una pena. Ahí lo dejo. A ver si lee mi blog el Papa recién nombrado y toma cartas en el asunto.
Bueno, y agradezco a la cartuja italiana el buen trato que nos ha dado. Son 11 monjes que viven su vida en paz y con espiritualidad. Me encantó asistir 2 veces al coro donde uno ve realmente la fé de aquella gente. Sí, seguramente, estos monjes no llevan haciendo el canelo toda su vida encerrados allí, y ese Dios, al que alaban, ronde por la cartuja e incluso por el mundo. Mi pequeña ventanita de que exista un Dios, se ha hecho un poquito más grande. Algo increible esto del espíritu.
Por lo demás, el mundo sigue girando, y desgraciadamente sigue la matanza de Gaza, de Ucrania, las hambrunas africanas... pero mis gatitos están la mar de simpáticos. Un mundo difícil de comprender, ya digo.
De despedida, una foto de la familia en tierras italianas. Yo soy...el mas gordito, pero eso se acabó. Viva el kiwi y el brócoli.

Besos y abrazotes y hasta la próxima semana
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Qué grande eres Santi, tanto o más que Pedro