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No me río.


En todas mis novelas, podéis verlas AQUÍ, hago uso de algo inusual en la literatura actual: la parida. algo que no predomina en la literatura de nuestros días, desgraciadamente. Como dice la canción "en paz o en guerra, en calma o tormenta..." en cualquier condición por la que se mueven mis personajes, hago uso de la parida y si a a un Eduardo Mendoza le resulta útil utilizarla, creo que a mis novelas también les sienta bien la chorrada, la parida y el doble sentido, pues creo que gusta. Viva la parida. Usada en el momento adecuado, en su justa medida.

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Pero una cosa es la novela, y otra la realidad que desgraciadamente nos acompaña estos días. Porque defenderé siempre el sentido del humor, que nunca nos falte,pero no al "graciosillo tocapelotas de chiste de dudoso gusto", que hay unos cuantos sueltos por las redes.

Está muriendo gente y los que sufren no son del todo ajenos. Hay familiares y amigos. Cuento alguno de ellos. Buena parte de nosotros tiene a alguien en trance de muerte. Familiares destrozados y gente que está a punto de morir. Pero aún así, por parte de algunos continúa el reparto de chistes malos sin ton ni son, de lo más variados con un denominador común: el virus. No, no es hora de paridas y de chistes reenviados sin gracia.

Es hora de actuar, de quedarse en casa y de hablar¿Y si en vez de publicar semejantes tonterías, no vas y me llamas, y me cuentas, y me preguntas, y te interesas? No sé, tal vez con la palabra, y la conversación, encontremos más sentido al transcurrir de las horas que lo que llena nuestras vidas las caritas sonrientes del whatsapp y los chistes malos. No, no es hora de paridas.

Porque hay veces que me lo pregunto, en este carrusel de muerte que hay por doquier...¿Y si yo fuese el siguiente en morir?

En el otro barrio, tal vez echase de menos tu sonrisa, tus abrazos, tu conversación o incluso tu mirada, pero lo que tengo claro es que para nada echaría de menos esos chistes reenviados tan malos, porque te lo diré claramente: aparte de hirientes, son malos de verdad. Te lo aseguro.

No me hacen falta tus paridas. Me hacen falta, en todo caso, tus palabras. No sé, a lo mejor estoy pidiendo un imposible, pero decenas de miles de muertos en el mundo claman con una sola voz: esto no tiene ni puta gracia.

Esta última semana escribí bastante, pero ese no es mi estilo. Vuelvo al blog semanal y que quien corresponda arregle todo este lío. Gracias miles a todos los que hacéis un mundo mejor, en especial a los sanitarios. Sois la repera. Y perdonar si no supe estar a la altura con mis palabras o si pienso de forma diferente. Al menos intenté aportar ideas y de eso se trata la vida: de intentos.

Besos y abrazotes y hasta el próximo finde

Santi

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