No es hora de caceroladas

Todos sabemos por los malos momentos que estamos pasando por aquí y por allá con el maldito coronavirus. Me ceñiré a España. Posiblemente no hubo peores tiempos desde los días de la nefasta guerra civil española. Quedan entonces, como siempre, dos opciones para posicionarse ante la tragedia:

Una de ellas, la primera de todas, es la de colaborar con los que tienen las riendas del poder, con los que están en los puestos de mando y están preparados para ello, nos guste o no. Un decir: quizás no piense como tu, pero te sigo y te obedezco porque me haces falta, nos haces falta. Esta opción, no sólo es la más cómoda, sino la más rentable para el resto de los mortales. Confiar en los que mandan. Yo me apunto a esta corriente. Salimos ganando.

La otra postura...es la de la crítica, la de la disconformidad. Criticar al sistema, criticar gobierno, poder y reyes incluidos, y montar el pollo a los personajes que ejercen el mando en la situación que nos encontramos. 1000 muertos y camino de muchas más; el tejido económico e industrial se esté yendo a la mierda, el futuro negro, pero ante esto...los hay que por un lado unos critican al gobierno y sus decisiones y por otro, los hay que cogen una cacerola y gritan contra el rey de España o contra los dirigentes. Mal vamos.

No es hora de caceroladas, sinceramente, no es hora. Ahora no. Es tiempo de colaborar, o callar en todo caso, y luego ya hablaremos.

Yo soy más de los aplausos, como el que daremos a las 8 de la tarde a los sanitarios. Por la vida, por nosotros, por España y el mundo. Y el tiempo que pierdes dando la bosta con una cacerola, mejor lo empleas en llamar a algún familiar , o amigo . Eso sí que será aprovechar el tiempo.

Así que brindo de nuevo por la sanidad española y la sanidad mundial, y por los miles de ciudadanos que se están dejando la piel y el alma en unos supermercados, en unos hospitales, en la calle. Y luego llega un imbécil, desde la CUP, que dice que a los militares hay que escupirles para que se infecten y así se vayan de Cataluña. Qué majadero. Gracias militares por lo que estáis haciendo. Os necesitamos. Por cierto...mala la actitud y palabras del presidente catalán. Otro que no sabe estar a la altura de las circunstancias, y unas circunstancias de vida o muerte.

Besos y abrazotes